Las actuaciones con láser en diversos centros de estética, centros de tatuajes, y centros de eliminación del vello, pueden resultar peligrosas para la salud tanto para el que lo realiza (profesional) como para el cliente que lo recibe. Para ello, se deben seguir obligatoriamente las instrucciones del fabricante, sobretodo en el capítulo de prevención de riesgos y protecciones personales. Importante en estos casos, ante la falta de regulación administrativa general, realizar el cumplimiento de las guías de buenas prácticas propuestas por Organismos Públicos Estatales. En nuestro caso, las Notas Técnicas de Prevención (NTP) publicadas por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, contempladas en los números 654 (Láseres: nueva clasificación del riesgo); 261 (Láseres: riesgos en su utilización) y 903 (Radiaciones ópticas artificiales: criterios de evaluación)

Como resumen decir que los efectos biológicos, los órganos que pueden resultar dañados en una exposición a radiación láser son los ojos y la piel. La gravedad de la lesión dependerá de la longitud de onda del láser y del nivel de exposición alcanzado, que es función de la potencia o energía del láser y del tiempo de exposición.

Como ya he manifestado en diversos artículos anteriores, todas las actuaciones de servicios a terceros deben tener la correspondiente póliza de responsabilidad civil que cubrirá cualquier responsabilidad derivada de las actuaciones del centro. Para ello se deben documentar medicamente los daños y por otro iniciar las reclamaciones frente al comercio causante de dichos daños.